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Mostrando entradas de junio, 2011
Hacía mucho tiempo que no me acordaba de aquella mujer. Resultó inevitable que el comentario que acababa de escuchar no me revolviese. No era nada fuera de lo común y de lo esperado, y sin embargo, su recuerdo en mi cabeza era atemporal. El paso del tiempo no había hecho mella en ella. Siempre la había admirado. Quizás no era alguien excepcional, increíble o interesante. Realmente creo que nadie lo es salvo en la mente de los demás. Para mí lo era, incluso siendo consciente que ese halo, esa imagen, pertenecía a mi mundo de infancia. Aquella mujer había sido tan importante para mí que cuando dejé de verla, su ausencia me perturbó sobremanera. Era entrañable, permisiva, alegre. La tienda que regentaba era el mayor de los paraísos existentes en aquella villa marinera y a pesar de no compartir genética, disfrutaba de su compañía sin ser consciente del lazo familiar que se iba tejiendo entre ambas. El destino nos separó. Volver a verla fue un regalo no concedido. Perder el último buen rec

con un sentimiento

El otro día tuve el placer de escuchar a Ara Malikian en directo. Si no le han escuchado nunca les aconsejo que busquen su música, compuesta por el maravilloso guitarrista Fernando Egozcue. Solo se me ocurre una palabra. Complicidad. La clave del éxito de esta gira (sin obviar que ambos son unos músicos fantásticos) es la complicidad que existe entre ellos y que inunda el escenario del teatro en cuanto salen. Ara pone la pasión desbordada, los saltos, lo maetral, mientras que Fernando discreto y cauteloso, se mantiene en un segundo plano y abraza su guitarra de una manera tan atractiva que al final no sabes si lo que ves es la figura de una guitarra y un hombre, o la silueta de dos amantes. Supongo que no hay nada que les parezca trascendente, pero llegados a este punto, me encontré a mí misma reflexionando. No sé cuanta gente habría en la sala, ni tampoco si mucha de esa gente iba convencida o a la aventura de sorprenderse. La cuestión es que, en mi embriaguez de emoción, con la p